El GIMP es un programa de edición de imágenes.
Tenemos diferentes áreas de la interfaz. Tenemos tres zonas principales:
Una barra lateral izquierda, que contiene las herramientas de GIMP y las opciones de la herramienta que tengas seleccionada en un momento dado.
Una barra lateral derecha, donde podemos acceder a los menús de capas, canales y rutas, y al historial de cambios, y justo debajo, los paneles de pinceles, degradados y patrones.
Un área central, donde puedes ver la imagen (o imágenes) en las que estás trabajando.
En esta guía vamos a enseñarte como redimensionar, recortar y optimizar tus imágenes, para que puedas ajustarlas tu mismo como más te guste.
Para redimensionar la imagen, ve al menú Imagen > Escalar la imagen. En la ventana que se abre, podrás introducir las nuevas dimensiones que quieres que tenga la imagen, empleando la unidad de medida que aparece al lado y que puedes personalizar a tu gusto: píxeles, centímetros, pulgadas, porcentaje…
Al lado de las medidas de anchura y altura verás un icono en forma de cadena. Si la cadena está unida, quiere decir que las medidas están ligadas entre sí; es decir, si cambias la anchura se cambiará proporcionalmente, y viceversa. Esto evitará que te queden imágenes “deformes”. Eso sí, si al cambiar un valor ves que el otro no se adapta de forma automática, aprieta la tecla tabulador para que lo haga.
Si lo que quieres es recortar la imagen, es muy sencillo también. Selecciona la herramienta de recortar en la barra lateral izquierda, y traza encima de la imagen el área que te interesa conservar. Cuando lo tengas listo, suelta el botón del ratón. No te preocupes si no es una selección perfecta de entrada, porque puedes modificarla. Si pasas el ratón por encima del recuadro que ha quedado sobre la imagen, verás que aparecen cuadrados cerca de los bordes de la selección; sólo tienes que hacer clic en cualquiera de ellos para arrastrar y modificar la selección hasta que recoja justo lo que te interesa. En ese momento, aprieta la tecla Enter y habrás recortado la imagen.
Una vez has acabado el trabajo con tu imagen, toca guardar el fichero. Aquí hay un pequeño truco, puesto que si vas al menú Archivo > Guardar como (que sería lo estándar en una aplicación de Windows), verás que sólo te deja guardar en el formato de GIMP. Si quieres guardar la imagen como JPG, PNG o cualquier otro formato gráfico, deberás ir al menú Archivo > Exportar como.
Aquí podrás darle un nombre nuevo a la imagen si quieres, y seleccionar el formato más adecuado haciendo clic en el botón en forma de +, en la esquina inferior izquierda del diálogo. Si eliges un formato de imagen con compresión (como por ejemplo, JPG), podrás reducir el tamaño del archivo. Es práctico si piensas publicar la imagen online (para que no pese mucho), aunque a cambio tengas que renunciar a algo de calidad.